JABÓN POTÁSICO
Uno de los grandes problemas que se presentan en la actualidad, en la agricultura y jardinería, es el uso de ingentes cantidades de fitosanitarios industriales (insecticidas, fungicidas y acaricidas) que pueden resultar tóxicos, no ya sólo para los seres humanos, sino también para la fauna beneficiosa (abejas, mariquitas, etc). Sobre todo si no se respetan los plazos de seguridad y la forma de aplicación.
Desde hace ya algunos años se vienen utilizando productos naturales que, sin perder la eficacia, resultan inofensivos tanto para los humanos como para la fauna beneficiosa. Son los denominados productos biológicos y ecológicos. Uno de los más importantes es el jabón potásico.
Existen dos tipos de jabones naturales resultado de la saponificación de las grasas: jabones duros y jabones blandos. Los jabones duros están hechos con sosa cáustica (hidróxido sódico) mientras que los blandos están hechos con potasa cáustica (hidróxido potásico). Debido a su suavidad y mayor solubilidad, los jabones de potasio necesitan menos agua para licuarse, por lo que pueden contener mayor cantidad de agente limpiador que los jabones líquidos basados en sodio, con lo que se logra un mayor poder de limpieza.
Pero es que el potasio es uno de los elementos esenciales para el crecimiento de las plantas. Junto con el nitrógeno y el fósforo conforman los considerados macronutrientes, que deben estar presentes en cantidades apreciables en aquellos suelos destinados a cualquier cultivo, tanto en agricultura como en jardinería. De ahí que se recomiende el uso de jabones potásicos para el tratamiento de plagas y enfermedades en las plantas. Además de curarlas, les procura el potasio como fertilizante. El sodio, por el contrario, es necesario en menor cantidad, por lo que tratamientos repetitivos pueden resultar tóxicos para las plantas.
FORMA DE ACTUACIÓN:
El jabón potásico (jabón de potasa, jabón negro u oletato potásico) es un insecticida natural fabricado a base de aceites vegetales, muy efectivo para el control de plagas. Actúa por contacto, no por vía de ingestión como los insecticidas químicos de síntesis, evitando así que se intoxique la savia de las plantas y que los insectos desarrollen sus propios sistemas de defensa. Cuando el jabón potásico alcanza el insecto de cuerpo blando reblandece su protección superficial y le causa la asfixia, al no poder respirar por la piel. Además, no afecta a otros insectos de cutícula más dura que sí son beneficiosos. Se degrada fácilmente y es de muy baja toxicidad.
Su descomposición genera carbonatos de potasa, que actúan a modo de abono.
INDICACIONES:
Por tanto, como insecticida está indicado para todos aquellos insectos de cutícula ("piel") blanda como es el pulgón, mosca blanca, cochinillas, ácaros, trips, etc. Limpia las hojas de huevos, melaza y del hongo negrilla.
También tiene efectos fungicidas contra hongos como botritis, mildiú, negrilla, oídio y alternaria.
Es apto para todo tipo de cultivos: frutales, cítricos, hortícolas, tanto en invernadero como al aire libre, como también para jardines y plantas ornamentales (de interior o exterior).
Se puede mezclar con insecticidas, pues es mojante y adherente. Por ejemplo, se puede mezclar con solución de nicotina o pelitre en lugar de agua con lo que se mejora mucho la efectividad del insecticida.
DOSIS:
Para aplicación foliar (en las hojas), se diluye entre el 1 y 2% con agua.
Como insecticida: 8-10 cc / litro de agua.
Como mojante (junto con otros insectidas): 1-2 cc / litro de agua.
Como limpiador del hongo negrilla y la melaza de insectos: 10 cc / litro de agua.
Dosis por hectárea: 2-10L/Ha
FORMA DE APLICACIÓN:
Al actuar por contacto, se ha de mojar bien toda la planta, pulverizando de forma homogénea las hojas (haz y envés), flores y frutos. Es muy importante cubrir completamente el toda la planta, en especial el envés de las hojas, porque han de entrar en contacto con los pulgones. Para el tratamiento de grandes árboles, será necesario un pulverizador a presión que pueda alcanzar la parte superior del árbol.
Se repetirá el tratamiento cada 10-15 días. En caso de presencia abundante de plaga, se recomienda aplicar mínimo cada 7 días; o según sea necesario. Realizar su aplicación en las horas de menor insolación, pues se degrada con rapidez al sol directo. Se puede aplicar tantas veces como considere necesario, sin peligro de sobredosis. Además, su plazo de seguridad es nulo, por lo que no hay que esperar para consumir nuestros frutos.
Si la solución de jabón se deja en las hojas de plantas sensibles, puede ocurrir que las queme. De ahí que sea conveniente probar la mezcla en un pequeño número de plantas o en una parte de una planta para evaluar los posibles efectos tóxicos. Hay que recordar que las plantas con hojas velludas tienden a mantener la solución de jabón en la superficie de sus hojas, pudiendo quemarse. De ahí la necesidad de aplicar en horas de menor insolación. En todo caso, tras unas horas, se pueden lavar las hojas pulverizando sólo agua.
No es aconsejable mezclarlo en caldos cúpricos (que contengan cobre).
COMPOSICIÓN:
Jabón potásico al 33% elaborado con aceites vegetales, potasa cáustica y agua. Producto 100 % natural.
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